¿Te divierte cambiarte de móvil? creo que a los habitantes del Congo no tanto

Hace unos dias estuve haciendo zapping en mi casa, y de casualidad pillé un documental basado en los teléfonos móviles. Mi curiosidad se despertó al darme cuenta de que estaba involucrada en este tema la región africana del Congo; y mucho más en concreto, sus habitantes.

El Coltan, un mineral que se encuentra dentro de los teléfonos móviles en una pequeña proporción, se encuentra en las minas de la República Democrática del Congo; y se exportan a países como EEUU, Alemania u Holanda. 
En estas minas trabajan no sólo adolescentes y personas adultas, sino que también trabajan niños.
El ejército se encuentra actualmente controlando las minas, además de la cantidad de mineral que se extrae; permitiéndose el lujo de beneficiarse incluso de alguna parte de lo que han trabajado los mineros a espaldas de las máximas autoridades, en lugar de defender su país.

Esta localización del mineral y su demanda actual (ya que no sólo forma parte de teléfonos móviles; sino también de aparatos de electrónica como mp3, ordenadores portátiles, cámaras digitales,...) hace que este país se encuentre en guerra desde el año 1998. No sólo supone la lucha por el control del mineral, sino la muerte de muchísimas personas inocentes tiroteadas o voladas por los aires.

Es algo muy vergonzoso, diría yo. Actualmente nos encontramos con una sociedad en la que una pequeña parte está luchando realmente para acabar con estos problemas, pero no podemos estar de brazos cruzados la otra parte haciendo como si no pasase nada.
Esos países desarrollados, que "supuestamente" poseen una educación, son los primeros que deberían dar ejemplo y luchar contra estas causas; pero claro, es muy sencillo para ellos pasar por alto el tema, ya que no son precisamente los que se remangan los pantalones y las camisas para trabajar en las minas, picando y cargando sobre sus espaldas kilos y kilos de mineral.

En mi opinión, el conflicto puede ir muy influído por el estado de pobreza en el que se encuentran. Influir en los habitantes proporcionándoles en un principio un pequeño sustento económico, para pasar después a una obligación sobre la cual se les prohíbe hablar. Esto último va relacionado a que en el documental quedó reflejado un ambiente de terror y desconfianza cada vez que algún periodista preguntaba a cualquier habitante que estaba cerca de un militar, el cual miraba con una sonrisa vacilante.

¿Es esto lo que queremos? ¿No deberíamos luchar para que todos tuviesemos lo mismo? ¿Por qué un niño, que podría ser tu sobrino o tu propio hijo, debe trabajar en vez de jugar? ¿No es hora de trabajar por un desarrollo económico, tecnológico,... que sea realmente justo con todas las clases sociales, y renunciar a el en el caso de que no sea sostenible?
No es ley de vida; sino el resultado del egoísmo del ser humano. Ahora nos toca cambiar eso.

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